"El jardín del adentro" explora el espacio interior como lugar de transformación. Las plantas, delineadas en negro, contrastan con un fondo vibrante que sugiere movimiento, caos, vida y oportunidades en el exterior. La obra propone una pausa: la mirada hacia lo íntimo como un acto de resistencia ante lo cotidiano. Decir "no" deja de ser negación para volverse afirmación, una manera de crear tu luz desde dentro.
El jardín del adentro
Esta obra nació de un momento de pausa. De esos días en los que la rutina se vuelve ruido y uno necesita mirar hacia dentro para volver a entenderse.
Mientras pintaba, pensaba en cómo a veces decir “no” es una manera de cuidar lo que sí queremos que crezca.
Empecé con manchas de color, sin una idea clara, solo buscando una sensación: la de estar dentro, protegido, pero mirando hacia afuera.
Las plantas aparecieron casi solas, como si fueran pensamientos enraizados, intentando alcanzar la luz.
El negro que las sostiene no es oscuridad, sino tierra: el lugar donde todo comienza.
“El jardín del adentro” es ese espacio que todos tenemos, donde las cosas crecen en silencio, donde aprendemos a florecer sin tener que mostrarlo todo.